Raquel Herrera Luna
Después de analizar más a fondo el lenguaje y ver los diferentes puntos de vista en el juicio, considero que el lenguaje es sexista. Se lleva luchando muchos años por la igualdad de condiciones entre hombres y mujeres, y creo que esta igualdad debería ser en todos los campos, incluyendo el del lenguaje. Ya que es la forma que tenemos de comunicarnos entre las personas, y creo necesario la eliminación de las connotaciones sexistas.
Después de informarme bien sobre el tema, descubrí que no era tan difícil hacer ciertas modificaciones. Ya que se justifica la utilización del masculino como algo genérico y que abarca ambos géneros, además de utilizarlo como manera de ‘’economía lingüística’’. Ya que creo que con esa economía lingüística con la que vivimos las mujeres desde que somos pequeñas, no nos favorece ni ayuda. Más bien hace que desde pequeños estemos mas ‘’infravaloradas’’ por así decirlo, y que la figura masculina este por encima de la femenina. Creo que no se trata de economizar a la hora de hablar, sino de hacerlo mediante palabras que hagan referencia a todas las personas a las que se dirijan. Porque uno de los ejemplos es utilizar la palabra clientela en vez de clientes, o personal en vez de trabajadores.
Desde mi punto de vista, la sociedad es sexista y es la que ha creado el lenguaje, por lo tanto sería necesario un cambio de pensamiento ,que creo que de momento no se va a producir y pienso que aún queda mucho por delante.
Rocío García Álvarez
Mi opinión es prácticamente igual que la de Raquel.
Antes de hacer este trabajo, no me planteaba si el lenguaje podía ser sexista o no, sabía que existían ciertas expresiones que dejaban siempre en peor lugar a la mujer que al hombre, pero no lo había reflexionado.
Cuando me tocó defender que el lenguaje era sexista y dejaba en peor lugar a la mujer me di cuenta de que era verdad. No es que sea culpa del lenguaje, porque al fin y al cabo la lengua la hacen las personas, pero sí es verdad que tiene contenido sexista.
Es cierto también que nuestro lenguaje viene del latín y que muchas lenguas usan el masculino para referirse hacer el plural, pero hay idiomas que no distinguen en esos casos. En inglés no hay distinción entre ellos o ellas, el plural de la tercera persona no tiene género. Sé que sería difícil tener que cambiar un idioma, pero no creo que esté ahí el problema.
Creo que el problema es el uso que las personas hacen del lenguaje, pudiendo decir población o alumnado, se prefiere decir alumnos. Pudiendo decir humanidad, se prefiere decir hombres. Lo que pasa que las mujeres estamos acostumbradas porque siempre ha sido así, pero si en una clase mayoritaria de mujeres la profesora o el profesor dijese: "alumnas", seguramente los chicos presentes en el aula se sentirían ofendidos o por lo menos extrañados.
En mi opinión, para cambiar el lenguaje debemos cambiar primero todos nuestra mentalidad. Debemos pensar siempre en igualdad, entonces se hará un buen uso del lenguaje. Tenemos que desechar esas expresiones machistas y esos adjetivos que tanto ridiculizan a la mujer y hacer un buen uso del lenguaje. Hay que ser conscientes en todo momento de lo que decimos y, sobre todo, de cómo lo decimos. Lo esencial es que aprendamos a vivir en igualdad y a creer en la igualdad y nos encarguemos de mejorar nuestra forma de hablar y de utilizar el lenguaje.
Antes de hacer este trabajo, no me planteaba si el lenguaje podía ser sexista o no, sabía que existían ciertas expresiones que dejaban siempre en peor lugar a la mujer que al hombre, pero no lo había reflexionado.
Cuando me tocó defender que el lenguaje era sexista y dejaba en peor lugar a la mujer me di cuenta de que era verdad. No es que sea culpa del lenguaje, porque al fin y al cabo la lengua la hacen las personas, pero sí es verdad que tiene contenido sexista.
Es cierto también que nuestro lenguaje viene del latín y que muchas lenguas usan el masculino para referirse hacer el plural, pero hay idiomas que no distinguen en esos casos. En inglés no hay distinción entre ellos o ellas, el plural de la tercera persona no tiene género. Sé que sería difícil tener que cambiar un idioma, pero no creo que esté ahí el problema.
Creo que el problema es el uso que las personas hacen del lenguaje, pudiendo decir población o alumnado, se prefiere decir alumnos. Pudiendo decir humanidad, se prefiere decir hombres. Lo que pasa que las mujeres estamos acostumbradas porque siempre ha sido así, pero si en una clase mayoritaria de mujeres la profesora o el profesor dijese: "alumnas", seguramente los chicos presentes en el aula se sentirían ofendidos o por lo menos extrañados.
En mi opinión, para cambiar el lenguaje debemos cambiar primero todos nuestra mentalidad. Debemos pensar siempre en igualdad, entonces se hará un buen uso del lenguaje. Tenemos que desechar esas expresiones machistas y esos adjetivos que tanto ridiculizan a la mujer y hacer un buen uso del lenguaje. Hay que ser conscientes en todo momento de lo que decimos y, sobre todo, de cómo lo decimos. Lo esencial es que aprendamos a vivir en igualdad y a creer en la igualdad y nos encarguemos de mejorar nuestra forma de hablar y de utilizar el lenguaje.
Laia García Beltrán
Después de haber trabajado con varios documentos que tratan sobre si el lenguaje es sexista o no, en guías para que el lenguaje no sea sexista, poniendo en común los documentos con mi grupo y sobretodo haciendo el juicio, saco las siguientes conclusiones que no difieren mucho de las de mis compañeras:
Creo que el lenguaje es un reflejo de la sociedad y si la sociedad es machista entonces también lo es el lenguaje. Por lo tanto, pienso que ni la gramática ni el lenguaje en sí mismos son sexistas, pero el hecho de que gran parte de la sociedad lo sea, hace que el lenguaje lo acabe siendo.
En lenguas como el inglés, por ejemplo, no pasa tanto, ya que utilizan artículos neutros para referirse tanto a chicas como a chicos y con el Español esto no ocurre, hay una distinción más clara entre los géneros o discriminación.
Para cambiar esto existen guías que nos orientan sobre como evitar hablar un lenguaje que sea sexista, simplemente cambiando palabras o formas de decir las cosas que no suponen un esfuerzo mayor. Un ejemplo: “los alumnos” por “alumnado”, etc.
Como conclusión final, sigo pensando que si no se cambia la sociedad ni la forma de ver ni de pensar de esta, no se podrán cambiar esos detalles lingüísticos y no se acabará de erradicar el lenguaje sexista.
VANESSA LLORCA CABANILLAS
El tema del juicio ha sido sin duda alguna un gran dilema para todos nosotros. Al principio tenía una idea clara formada en mi cabeza sobre que el lenguaje no me parecía sexista, pero la investigación que tuvimos que realizar, la elaboración de un análisis mas exhaustivo del tema y el desarrollo del juicio me dieron que pensar.
Tras reflexionar sobre ello he llegado a la conclusión de que el lenguaje no es sexista, si no que la sociedad le da un mal uso y somos nosotros mismos los que generamos ese sexismo.
Tengo que decir también, que creo que una forma de que empiece a darse ese cambio en la sociedad y que esta se ajuste mas a la realidad que vivimos actualmente es que se empiecen a utilizar palabras ya existentes en nuestra lengua que engloben tanto al género masculino como femenino, porque, aunque no es mi caso, hay personas que se sienten excluidas cuando se utiliza el genérico masculino y otras tantas que por cultura, tradición o ideología ven al sexo opuesto como el mas fuerte o más débil (machismo-feminismo)
En cualquiera de los casos creo que el problema del machismo reside en la sociedad, en la cultura y en el uso que le damos al lenguaje, y no tanto en la lengua como esencia.
Creo que el lenguaje es un reflejo de la sociedad y si la sociedad es machista entonces también lo es el lenguaje. Por lo tanto, pienso que ni la gramática ni el lenguaje en sí mismos son sexistas, pero el hecho de que gran parte de la sociedad lo sea, hace que el lenguaje lo acabe siendo.
En lenguas como el inglés, por ejemplo, no pasa tanto, ya que utilizan artículos neutros para referirse tanto a chicas como a chicos y con el Español esto no ocurre, hay una distinción más clara entre los géneros o discriminación.
Para cambiar esto existen guías que nos orientan sobre como evitar hablar un lenguaje que sea sexista, simplemente cambiando palabras o formas de decir las cosas que no suponen un esfuerzo mayor. Un ejemplo: “los alumnos” por “alumnado”, etc.
Como conclusión final, sigo pensando que si no se cambia la sociedad ni la forma de ver ni de pensar de esta, no se podrán cambiar esos detalles lingüísticos y no se acabará de erradicar el lenguaje sexista.
VANESSA LLORCA CABANILLAS
El tema del juicio ha sido sin duda alguna un gran dilema para todos nosotros. Al principio tenía una idea clara formada en mi cabeza sobre que el lenguaje no me parecía sexista, pero la investigación que tuvimos que realizar, la elaboración de un análisis mas exhaustivo del tema y el desarrollo del juicio me dieron que pensar.
Tras reflexionar sobre ello he llegado a la conclusión de que el lenguaje no es sexista, si no que la sociedad le da un mal uso y somos nosotros mismos los que generamos ese sexismo.
Tengo que decir también, que creo que una forma de que empiece a darse ese cambio en la sociedad y que esta se ajuste mas a la realidad que vivimos actualmente es que se empiecen a utilizar palabras ya existentes en nuestra lengua que engloben tanto al género masculino como femenino, porque, aunque no es mi caso, hay personas que se sienten excluidas cuando se utiliza el genérico masculino y otras tantas que por cultura, tradición o ideología ven al sexo opuesto como el mas fuerte o más débil (machismo-feminismo)
En cualquiera de los casos creo que el problema del machismo reside en la sociedad, en la cultura y en el uso que le damos al lenguaje, y no tanto en la lengua como esencia.